Víbora mano de piedra (Bothrops
nummifer). La gruesas escamas aparecen a menudo de forme que, cuando
descansa, la mano de piedra se confunde con las sombras que proyectan
los árboles en los bosques. El rechoncho cuerpo de la serpiente
puede ser gris, pardo o castaño claro. Unas manchas triangulares a
lo largo de la columna rompen la uniformidad del dibujo. Las fosetas
son termosensibles y están situadas a ambos lados de la cabeza entre
el orificio nasal y el ojo, examinan el aire constantemente en busca
del calor corporal de los animales próximos. La forma de cuña de la
cabeza carece de dibujos, salvo una única banda oscura bastante
gruesa a cada lado, que nace en la parte posterior del ojo.
Puede llegar a medir hasta 60 cm. Come
roedores, lagartos y ranas. Tiene unos colmillos cargados de veneno.
Su ataque típico es saltando para después morder de una sola vez.
Su tiempo de vida se desconoce.
Entre las serpientes “saltadoras”
en todo el mundo, se encuentran las víboras cornudas africanas y las
garibas asiáticas. La serpiente voladora del sudeste de Asia va un
paso más allá porque planea entre lo árboles.
La mano de piedra es una especie de
víbora de fosetas. Estas serpientes se distinguen por poseer unas
fosetas en la parte anterior de la cabeza. Los expertos pensaban que
se trataba de oídos u orificios nasales. En algunas partes de
Sudamérica, estas especies aún siguen conociéndose como “serpiente
cuatro narices” . En realidad, las fosetas se utilizan para
detectar el calor de las presas. En los experimentos para descubrir
la importancia de las fosetas termosensibles, se descubrió que una
serpiente de cascabel ciega alcanzaba una tasa de aciertos del 98% en
los ataques contra sus presas. Cuando se les tapaban las fosetas
nasales, la tasa de aciertos disminuía al 27%. Las fosetas
termosensibles de algunas víboras pueden detectar los mínimos
cambios de temperatura.
Si alguna vez camina por los bosques de
América Central, esté alerta ante la aparición repentina de alguna
serpiente que pueda catapultarse en el aire e infligirle una dolorosa
mordedura. Su camuflaje es tan perfecto que, a menudo, simplemente
espera en un montón de hojas el paso de algún roedor para
abalanzarse sobre él. Pero la intrépida serpiente mano de piedra
también se aventura fuera de los bosques hacia los claros en busca
de alimento, que incluye a los animales domésticos. Pese a su tamaño
relativamente pequeño, se torna muy agresiva cuando se siente
importunada.
Tecnica de caza o defensa:
Un desventurado pastor guía a un grupo
de vacas por el boscaje en América Central, en busca de pasto
fresco. Los animales, al pisar la hierva pesadamente, molestan a una
víbora mano de piedra. Amenazada por las pezuñas lentas y6 afiladas
de las vacas, la serpiente se enrosca al instante en forma de S lista
para el ataque.
Cuando el pastor intenta guiar a una de
las vacas con una vara, salta y le muerde en la pata delantera. El
hombre, sobresaltado, espanta rabioso a la serpiente: no puede
permitirse perder un animal tan valioso ni pagar los cuidados de un
veterinario. Si actúa con rapidez, tal vez impida que la víbora
inyecte su dosis letal de veneno.
La mano de piedra esta distribuida por
los bosques lluvioso y plantaciones de América Central, desde el
sudeste de México a Panamá, pero sobre todo en el oeste de
Guatemala y El salvador. En algunos lugares está amenazada debido a
la destrucción de su hábitat forestal por las actividades agrícolas
y madereras.
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