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martes, 30 de julio de 2013

Boa esmeralda (Corallus canina)

Boa esmeralda (Corallus canina). El cuerpo voluminoso está aplanado lateralmente, lo que permite a la boa retorcerse entre las ramas y trepar a los troncos altos. Cuando la boa se enrosca en una rama, suele apoyar su ancha cabeza en el centro de los anillos. Por el día, las pupilas se estrechan como las de un gato, pero cuando la boa caza durante la noche, se ensanchan para ver en la oscuridad. Musculosa móvil, la cola se enrosca con fuerza en las ramas para sostener a la serpiente colgando sobre el suelo del bosque. Las brillantes escamas verdes de la boa se confunden con las lustrosas hojas perennes, mientras que las barras blancas del dorso semejan la luz moteada que proviene del sol. Las fosetas entre las escamas de los labios contienen órganos termosensibles que detectan el calor del cuerpo de las víctimas en la oscuridad. Los dientes finos y afilados, atraviesan con facilidad el pelo y la piel para clavarse en la carne. Además, se curvan hacia atrás para que la presa no pueda escapar.
La boa esmeralda puede llegar a medir de 90 cm a 2m. Sus principales presas son los mamíferos, aves y lagartos. Puede producir de 10 a 20 crías en una sola puesta. Puede llegar a vivir a hasta 17 años (Cautividad).
Los sensores térmicos de los labios de la boa esmeralda pueden detectar cambios minúsculos de temperatura, lo que hace a la serpiente increíblemente sensible a la cercanía de las posibles víctimas de sangre caliente.
Por lo común, la boa esmeralda cuelga la cabeza abajo para devorar la presa, pues así la puede engullir con más facilidad.
Aunque una boa esmeralda adulta es de color verde brillante, sus crías a menudo son naranjas o de color teja. Tal vez se trate de una estrategia de protección que imita el color de las venenosas víboras arborícolas.
Como otras boas, esta especie presente dos espolones en la base de la cola: son vestigios de las patas traseras que desaparecieron durante el proceso evolutivo.
Carl von Linneo dio a la boa esmeralda su nombre en latín, Corallus canina, en 1758. El término Corallus se refiere probablemente a los dibujos en forma de coral que observó en algunas variedades. Canina viene de “perro”, debido a la forma de la ancha cabeza de la boa  y la longitud de sus dientes, al estilo de un can.
Suspendida de una rama en la húmeda selva amazónica, esta boa es una trampa viviente para cualquier animal que se acerque por sus proximidades. Y si se cansa de estar quieta, persigue a la presa por los árboles. Muchas  criaturas de la selva terminan su vida en el terrible abrazo de los anillos verdes de la boa esmeralda. Con su dientes como agujas y sus reflejos instantáneos, la serpientes es capaz incluso de atrapar aves en pleno vuelo mientras se encaminan a una rama en la que posarse.
Ejemplo de caza a aves:
Apostada en una rama como si fuera una liana, con su largo cuerpo seguro por la fuerza de la cola prensil, una boa esmeralda observa con interés el vuelo de un guacamayo en sus proximidades.
La boa elige el momento a la perfección, abre las mandíbulas y ataca: clava sus afilados dientes a través de las plumas del ave. Atrapado y sangrante, el guacamayo responde con un débil aleteo.
La boa completa la caza, abrazando con sus anillos a la infortunada ave, y poco a poco la somete con la presión. Al oprimirla fuertemente, la vida se escapa de su presa hasta que, al fin, la serpiente empieza a engullirla empezando por la cabeza.
La boa esmeralda vive en Sudamérica, donde acecha en el follaje de los bosques tropicales húmedos de la cuenca amazónica. Su ámbito se extiende desde el sur de Venezuela y Colombia al este de Ecuador, Perú y Bolivia, y también al norte de Brasil hasta Guyana, Suriman y la Guayana Francesa.

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