Víbora de la cruz (Bothrops alternatus). Su diseño es facilmente reconociblbe por sus dibujos laterales en forma de “C” horizontal, o de tubo de teléfono. También se la puede reconocer por las dos líneas que se cruzan en su cabeza formando una cruz o aveces un ancla, pero esto suele ser bastante variable, por lo que no es recomendable su uso como forma de identificación. Tiene dibujos muy nítidos, con
“triángulos” oscuros sobre un fondo más claro. Así su
presencia y obtiene un eficaz camuflaje sobre el fondo de hojas y la
enmarañada vegetación. Al encontrarse en la cabeza las grandes
glándulas de veneno detrás de los ojos, la parte posterior de la
cabeza se ensancha y adquiere su reconocible forma triangular a modo
de lanza.
Puede llegar a medir hasta 2,4m. Come
pequeños mamíferos, aves, lagartos y ranas. Tiene un potente veneno
que continente sustancias químicas anticoagulantes y destructoras de
la carne. Puede llegar a vivir hasta 20 años.
Las terciopelo son vivíparas y no
ponen huevos; se encuentran entre las serpientes más prolíficas,
con camadas de hasta 70 crías.
Las terciopelo jóvenes a menudo se
alimentan principalmente de lagartos y ranas arborícolas, pero
cuando son adultas prefieren usar sus fosetas para cazar mamíferos y
aves “de sangre caliente”.
En Quemada Grande no vive ningún
mamífero, por lo cual las yarará amarillas se alimentan casi
exclusivamente de pequeñas aves, a las que esperan para una
emboscada tras trepar por los árboles. Necesitan un veneno potente
en caso contrario su presa saldría volando y caería muerta al mar.
Según se dice, las yarará amarillas
mataron al último farero de Quemada Grande después de deslizarse
sinuosamente a su vivienda durante la noche. Cuando el farero y su
familia intentaban huir, fueron mordidos por otra serpientes que
colgaban de los árboles; sus cuerpos se encontraron dispersos en
distintos lugares de la isla.
En los trópicos americanos, quienes
viven y trabajan en el campo temen a la terciopelo más que a ninguna
otra serpiente , ya que un mal paso puede provocar una inyección
instantánea de su mortífero y destructivo veneno. La peor de todas,
la yarará amarilla, vive únicamente en la isla de Quemada Grande,
en Brasil, donde no tiene rival alguno. Su veneno es enormemente
tóxico, y progresa en tal grado y rapidez que abundan los relatos
aterradores sobre sus desdichadas víctimas.
Ejemplo de defensa:
Un pescador se aventura en la isla para recoger plátanos, pero conforme camina por el bosque un serpiente terciopelo lo ataca en el tobillo. Presa del pánico, el hombre retrocede como puede hasta el barco, sufriendo más mordeduras de otras terciopelo presentes en el sendero.
Un pescador se aventura en la isla para recoger plátanos, pero conforme camina por el bosque un serpiente terciopelo lo ataca en el tobillo. Presa del pánico, el hombre retrocede como puede hasta el barco, sufriendo más mordeduras de otras terciopelo presentes en el sendero.
Vencido del dolor mientras el terrible
veneno lo devora por dentro, el pescador se derrumba. Mientras se
adentra en el mar, se abre las heridas de las mordeduras e intenta
succionar el veneno, pero pronto cae inconsciente. Se desangra hasta
morir mucho antes de que nadie pueda descubrir su barco a la deriva,
y es encontrado en medio de un charco de sangre.
La especie más común de terciopelo ,
Bothrops asper (también conocida como barba amarilla), está
distribuida por buena parte de América Central y del Sur, desde el
sur de México al centro de Brasil, donde ha colonizado muchas áreas
rurales. Otros parientes cercanos de ámbito más restringido son B.
andianus, B. insularis, B. golden (la yarará amarilla) y B.
lanceolatus.
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