Víbora bufadora (Bitis arietans). Su
cuerpo es corto y grueso. Haciendo ondear las grandes escamas del
vientre, la serpiente se arrrastra hacia delante en línea recta,
como una oruga gigantesca. La lengua transfiere las trazas de olor
del aire a un órgano sensorial dentro de la boca. Los largos
colmillos se repliegan hacia atrás cuando la serpiente cierra la
boca, y asoman por delante cuando abre las mandíbulas. Las enormes
glándulas de veneno se sitúan en la parte posterior de la
mandíbula, por lo que la cabeza plana de la serpiente es mucho más
ancha que su cuello. Las escamas son rugosas y cada una tiene un
anillo diferenciado que discurre hacia la parte central. Cada cierto
número de meses, la serpiente muda la piel y sustituye completamente
su cubierta de escamas. Puede llegar a medir 0,7-1,5 m y puede llegar
a pesar 1,5-2 kg. Come ratas, lagartos, aves, ranas y otros animales
pequeños. Su veneno provoca hemorragias internas y fallos orgánicos,
o la muerte si no se trata inmediatamente. Su ataque es de una sola
mordedura con los colmillos huecos en bisagra. Su tiempo de vida es
de hasta 15 años en la naturaleza; más tiempo, si está en
cautividad.
Una leyenda tradicional africana
refiere que las crías de víboras bufadoras van comiéndose a su
madre mientras salen de ella. De la hembra salen las crías
plenamente formadas (ovovivíparas) capaces de cazar al cabo de unos
días. Por lo común, la hembra puede producir de 20 a 30 crías,
aunque se ha llegado a registrar un máximo asombroso de 154. Los
machos de víboras bufadoras compiten por la misma hembra: se
persiguen, se entrelazan y sisean hasta que uno desiste. Si una
víbora bufadora se rompe los dos colmillos a la vez, no se muere de
hambre. Como todos los reptiles, puede vivir varias semanas sin
comer.
Gracias a su camuflaje y a su mortal
veneno, inyectando con sus colmillos de 2 cm de largo, la inflada y
perezosa víbora bufadora es una de las serpientes más peligrosas de
África, donde mata a muchas personas cada año. Tendida al acecho,
oculta por su camuflaje, esta víbora tienta constantemente el aire
con su bífida lengua. Cuando se aproxima una víctima, la serpiente
se prepara para el ataque, abriendo las mandíbulas y desplegando sus
largos colmillos.
Ejemplo de ataque:
Cuando la víbora bufadora se dispone a
atacar, los colmillos avanzan hacia delante de forma que pueda
incrustarlos en la presa. Los huesos de las mandíbulas tienen
articulaciones muy flexibles, lo que permite abrir mucho la boca y
engullir la presa entera.
Cada diez semanas, aproximadamente se
cae un colmillo. Detrás del mismo sea desarrolado otro para
subtituirlo, que avanza a la posición del que se pierde. La
serpiente puede romperse un colmillo en un ataque, sobre todo si
impacta contra un hueso. Entonces debe arreglárselas con un solo
colmillo hasta que el repuesto este listo.
La víbora bufadora está presente en
la mayor parte de África y diversas partes de la península arábiga.
Vive en casi todas las tierras bajas, hasta 2000 m de altitud, salvo
en las partes más cálidas y secas de los desiertos y el interior
profundo de los densos bosques lluviosos. El terreno típico de la
esta víbora es la sabana.
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