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lunes, 22 de julio de 2013

Víbora cornuda del desierto (Cerastes cerastes)


Víbora cornuda del desierto (Cerastes cerastes). Los colmillos huecos se desenvainan justo antes del ataque de la víbora, y después se clavan profundamente para bombear el letal veneno en la víctima. Cuando se asusta, la serpiente agita la cola, como un gato enfadado. La víbora puede ser amarilla, parda o gris, para adaptarse al color de la arena del lugar.
Puede llegar a medir hasta 60-70 cm. Come presas como pequeños mamíferos y lagartos. Tiene largos colmillos que contienen un veneno de acción rápida. Sus táctica de caza es a la emboscada.
Puede llegar a vivir hasta 17 años en cautividad. Si la víbora cornuda del desierto se siente amenazada, se frota las escamas para producir un sonido agudo, con la esperanza de espantar a los enemigos.
Los encantadores de serpientes norteafricanos recorren a menudo a la víbora cornuda del desierto en sus actuaciones, debido a su aspecto amenazador. Pero si no pueden hacerse con un ejemplar de esta especie, lo sustituyen por una variedad sin cuernos, Cerastes vipera, y le incrustan púas de puercoespín en la cabeza para simular los cuernos. No sorprende que la serpiente no tarde mucho en perecer.
La víbora cornuda del desierto suele cazar de noche, cuando desciende la temperatura y los animalillos que le sirven de presas salen de sus refugios para buscar comida.
Mientras históricamente se le a asociado a la víbora cornuda del desierto con la reina Cleopatra, la víbora lebetina, Vipera lebentina mauritanica, aparece en las historias bíblicas como encarnación del diablo. Se creía que su veneno, suficientemente potente para derribar al mejor de los camellos, era la exhalación del maligno.
Es peligroso ver serpientes venenosas deslizándose por el terreno, pero aún resulta peor que permanezca ocultas bajo la superficie para atacar a víctimas desprevenidas que pasen cerca de ellas. Uno puede protegerse de las serpiente venenosas que ve, pero es muy improbable descubrir a una víbora cornuda del desierto semienterrada en la arena. Si alguien la descubre, tal vez sea porque acaba de notar que le ha clavado los colmillos en el pie.
Ejemplo de defensa:
En una noche de luna llena un muchacho beduino camina temerariamente por la arena del desierto. Tiene la mala suerte de molestar a una víbora cornuda que, sintiéndole como una amenaza, se escabulle rápidamente de su vista.
Dispuesta para la acción, la serpiente aguarda silenciosa bajo la arena, atenta a las vibraciones. El chico se acerca y pisa el rabo de la serpiente, que se revuelve al instante y le hunde los colmillos en el pie. Aullando de dolor y de sorpresa, el muchacho se aleja como puede; aunque está gravemente herido por el veneno, probablemente se recuperará.
La víbora cornuda del desiertovive en los desiertos del norte del continente africano, desde Mauritania a Marruecos, en todo el Sahara hasta Egipto. También se encuentra en países como Jordania, Iraq, Arabia Saudí y Kuwait.

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