El reflejo de ataque de la mocasín
boca de algodón es tan intenso que se sabe de casos de ejemplares
muertos que han mordido a personas que los manipularon sin el debido
cuidado. En algunas pequeñas islas del Golfo de México, las
mocasines boca de algodón se congregan en grandes cantidades bajo
los lugares de anidada de las aves marinas para devorar los peces y
las crías que caen de los nidos. La mocasín boca de algodón se
atreve a menudo a salir del agua, para alimentarse en bosques, campos
y terrenos agrícolas. En ocasiones, visita los patios y cobertizos
en busca de ratones y ratas,y entra en los estanques de las casas de
campo para devorar las ranas y los peces de colores. La cría de la
mocasín tiene la punta de color amarillo brillante y contonea para
atraer a las presas a grandes distancias. La mocasín puede cazar de
noche, pero tiene cuidado de ocultarse durante el día. Es habitual
que se tienda al sol sobre las ramas y los troncos caídos de los
árboles al borde del agua.
Hay algo en la serpiente mocasín boca
de algodón que infunde pánico. Tal vez porque se desliza
inadvertida por las aguas turbias y ataca de repente, con los
colmillos prestos y la blanca boca totalmente abierta. Tan oscuro y
siniestro como el hábitat pantanoso en el que vive, este fiero
cazador aguarda en las aguas quietas del este de Estados Unidos. Al
nadar, la mocasín parece demasiado lenta para suponer una amenaza,
pero no hay que confiarse: tiene reflejos rapidísimos y robustas
mandíbulas. Cuando hunde sus colmillos en la víctima, no la suelta
hasta que su veneno empieza a actuar.
Ejemplo de caza:
Dos veraneantes navegan con su canoa
por un terreno pantanoso, en Florida. Mientras una rema, el otro
arrastra la mano sobre el agua, sin saber que una oscura forma se
dirige hacia él. Una mocasín clava sus mandíbulas en la muñeca
del hombre al tiempo que sus músculos bombean veneno en su carne. El
hombre sacude la mano en un intento frenético por desprenderse de la
serpiente. En el mejor de los casos, el veneno le provocará un
enorme daño alrededor de la mordedura; en el peor, lo matará.
También conocida como mocasín de
agua, la boca de algodón vive en toda clase de espacios acuáticos
como canales, pantanos, ríos y lagos, a lo largo de la costa
atlántica y el Golfo de México, desde el sur de Virginia a los
cayos de Florida y, al oeste, en Texas, Oklahoma e Illinois.
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