Víbora de los arbustos bicolor (Atheris matildae). Esta serpiente debe su nombre a las dos franjas de color que tiene una encima del lomo negra y otra en el vientre amarilla. Su cabeza es grande, ancha y a menudo triangular para que
quepan las glándulas salivales modificadas ue producen y guardan el
veneno. Unos ojos grandes y redondos con pupilas verticales ayudan a
la víbora a localizar las presas cuando la luz es tenue. La lengua
como la mayoría de las serpientes, la víbora de los arbustos
rastrea a su presa por las partículas de olor que se transportan en
el aire. Su lengua sinuosa atrapa las moléculas de olor del aire y
las traslada al órgano de Jacobson: un hueco en el techo de la boca
revestido con células receptoras sensibles. Las escamas estriadas
mejoran el agarre de la serpiente y definen su perfil. Las de la
víbora peluda se asen como cerdas erizadas. Las víboras de los
arbustos exhiben una asombrosa variedad de matices, del verde y el
pardo al amarillo y el negro, pero todas usan los dibujos de color y
las interrupciones de su piel para evitar ser percibidas.
A lo largo de la costa occidental de
África, los trabajadores de las plantaciones corren el riesgo de
sufrir la mordedura de la víbora verde de los arbustos, Atheris
squamigera, que a menudo ronda por los cafetales. Algunas víboras de
los arbustos tienen la punta de la cola de color claro. Según se
cree, así pretenden hacerse pasar por gusanos y atraer a sus presas.
Las escamas salientes sobre los ojos confieren a la víbora cornuda
de los arbustos, Atheris ceratophora, un aspecto diabólico. Las
víboras de los arbustos tenían antes un ámbito de distribución
más amplio que el actual, ya que su número se está reduciendo. Las
especies de los bosques son especialmente vulnerables, dado que gran
parte de su hábitat está siendo destruido por la industria maderera
o para construir casas. En comparación con otras especies de
serpientes, estas víboras tienen los colmillos más largos. Puede
medir hasta 75 cm de largo; las hembras sulen ser más grandes que
los machos. Comen anfibios, lagartos y roedores; a veces, caracoles,
babosas, aves y otras serpientes. Tienen colmillos cargados de
veneno. Su tiempo de vida se desconoce.
ES mejor pensárselo des veces antes de
lanzarse a caminar bajo los árboles en los que pueda aguarecerse
este depredador ya que, a pesar de sus rugosas escamas y su cola
prensil, nunca se sabe cuándo puede caer desde su percha. Las
víboras de los arbustos suelen vivir en poblaciones aisladas lejos
de los asentamientos humanos y pasan la mayor parte del tiempo en
árboles en los que rara vez tienen contacto con el hombe, pero a
veces sucede que...
Ejemplo de ataque o defensa:
Una víbora se afana en atrapar un
pequeño lagarto que descansa en el extremo de una rama y se enrosca
lista para el ataque. Pero incluso las serpientes cometen errores y,
al abalanzarse hacia su presa, la víbora pierde su asidero y cae
encima de un campesino que pasaba por allí, inconsciente del drama
en curso. Al sentir la víbora, el hombre se asusta y profiere un
grio; la serpiente reacciona mordiéndole fuertemente en el hombro.
Las víboras de los arbustos se
encuentran en todo el África ecuatorial, desde Guinea, en el oeste,
a Mozambique, en el este. Vive en una gran variedad de hábitats:
desde bosques de hoja perenne, montañas y selvas tropicales hasta
pantanos y altos pastizales. De las nueve espacies, solo Atheris
superciliaris y Atheris hindii viven en el suelo; las demás pasan la
mayor parte del tiempo en las ramas de los árboles.
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